Educación, Ciencia y Tecnología
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martes, 23 de noviembre de 2010
sábado, 20 de noviembre de 2010
Brecha digital – Conclusiones
La brecha digital refleja e incide en las diferencias económicas, sociales, culturales, educacionales, de acceso y uso del conocimiento, entre los países y dentro de ellos.
Los obstáculos a vencer para que las personas puedan cambiar su entorno social y económico a través de las TICs no sólo están limitados a la existencia de una infraestructura de telecomunicaciones que sea accesible a un precio aceptable, aunque esta condición sea indudablemente necesaria, hay otros obstáculos, como por ejemplo los bajos niveles de educación, o la insuficiente integración de la misma con la informática, los cuales deberán ser vencidos.
Para finalizar se debe advertir sobre el peligro del tratamiento simplista de la brecha digital, pues luchar contra esta manifestación de exclusión no se trata solamente de ofrecer accesos baratos, o incluso gratis, y una capacitación para el uso de programas propietarios sobre una PC, sino de formar individuos capaces de aprovechar las ventajas de los adelantos tecnológicos y de las comunicaciones para intercambiar y difundir conocimientos y valores culturales de manera tal que contribuya a la creación de riquezas de su país.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Brecha digital – Segunda Parte
Los imaginarios políticos de la brecha digital
Es importante visitar estas definiciones porque son referentes para la conformación de las políticas nacionales de tecnología. Primero tenemos que tomar en cuenta el hecho de que, vinculados a la brecha digital, se mueven varios imaginarios sobre los cuales proponemos reflexionar. La diferencia en el acceso a las tecnologías incrementará las diferencias sociales ya existentes.
a) La ilusión de la relación causa-efecto
Uno de los aspectos más delicados en la comprensión de la brecha digital es la relación de causalidad que subyace en propuestas como la del sitio de CMSI. “Se ha hecho cada vez más grande la brecha que separa el conocimiento de la ignorancia y los ricos de los pobres, tanto dentro de cada país como entre países”
En las definiciones se establece una relación directa entre el acceso a la tecnología y las oportunidades de desarrollo (determinismo tecnológico), expresadas en mejores condiciones de bienestar, reducción de la pobreza y mejoramiento de la calidad de vida. De la misma manera se establece lo contrario, es decir que un menor acceso a las TIC implicará mayores dificultades para mejorar las condiciones de vida. Sin embargo, esta relación causa-efecto no se explica y las consecuencias positivas y negativas que se producen directamente del acceso a la tecnología aparecen como una solución mágica.
Esta explicación causal implícita en el concepto oculta la complejidad de la brecha digital y la posible relación entre la incorporación de las tecnologías en las dinámicas sociales y la transformación social que implica.
Para los grupos sociales que posicionan un nuevo entendimiento de este concepto, los factores que pueden potenciar el uso de la tecnología como instrumento de desarrollo son diversos, complejos y tienen interrelaciones entre sí que dependen del contexto, la cultura y la historia del grupo en el que estas se incorporan.
Entonces, se puede decir que las tecnologías de información y comunicación pueden ser un elemento que potencia del desarrollo, pero hacer efectivo este potencial depende de aspectos organizativos, de desarrollo de habilidades y capacidades, de acciones de integración dentro de la identidad cultural y social del grupo, de modificación de procesos sociales, entre otros.
Cuando un grupo social se apropia de la tecnología, es capaz no solamente de usarla para transformar sus propias condiciones de vida, sino que la transforma a ella misma por medio de procesos de innovación tecnológica con identidad social.
b) Los “incluidos” de la sociedad de la información podrán participar en la construcción de una “nueva sociedad”
Las TIC serán un elemento dinamizador fundamental en la sociedad. Por consiguiente quienes, individual y colectivamente, logren desarrollar la infraestructura y las capacidades para utilizarlas serán privilegiados, tendrán mayor capacidad de decisión e influirán la construcción de esta “nueva sociedad” .
c) La brecha digital resulta de las brechas sociales
Esta percepción basada en la relación causa-efecto oculta la relación dinámica y dialéctica entre la brecha digital y las otras brechas sociales. Se suele considerar que la diferencia en el acceso a las tecnologías incrementará las diferencias sociales ya existentes. Es decir, que la brecha digital implicará más desarrollo en los países, regiones y personas con mejores oportunidades de acceso en detrimento de quienes tienen menos. Esta diferencia se hará evidente no solo entre países, sino también dentro de cada país privilegiando a las poblaciones con mejores condiciones económicas, políticas, sociales y culturales.
Por cierto, la brecha digital es producto de las brechas sociales producidas por las desigualdades económicas, políticas, sociales, culturales, de género, generacionales, geográficas, etc.
d) Una sola brecha digital - una sola solución
Uno de los aspectos más relevantes del concepto que se analiza es que expresa unicidad. Se habla de la brecha digital en el mundo entero, como si existiera solo una y como si tuviera las mismas características en cualquier tiempo o espacio social. Este es uno de los aspectos más fuertes del imaginario que está detrás de la definición.
El problema de hablar de la brecha como una sola es que, entonces, se buscan soluciones únicas y generalizables.
En realidad se debería de hablar de las brechas digitales, dadas por la condición de género, edad, cultural, localización geográfica o socioeconómica y por las combinaciones entre estos factores. De esta manera, el abordaje conceptual, metodológico y los recursos y acciones para enfrentarlas estarían relacionados con las condiciones específicas de las mismas.
e) La brecha digital no aparece por sí misma
Otro de los aspectos que se destacan es el carácter histórico del concepto. En general, si se estudian los discursos tradicionales relacionados con el tema de la sociedad de la información llama la atención que la mayoría de ellos no relatan la historia que da surgimiento a la misma. En general, da la sensación de que la sociedad de la información aparece sin que sea producto de una dinámica social y un proceso histórico.
Parece como si la sociedad de la información se construye a partir de la incorporación de las tecnologías y no a partir de las realidades estructurales y las contradicciones existentes. En este sentido, se entiende como una brecha producida por los aspectos tecnológicos, y estos aparecen en el discurso como neutrales.
f) La individualización
Otro de los imaginarios que rodean este concepto es la individualidad. Al realizar las mediciones de la brecha digital basándose en la relación entre población conectada y población desconectada se estimula un uso individual de la tecnología.
Ya de por sí, se ha estimulado el uso individualizado de la computadora en la escuela, la empresa, el Estado y otros espacios donde esta se ha integrado como parte de los recursos cotidianos. Son poco generalizadas las acciones que tratan de establecer usos colectivos de las TIC. Pero adicionalmente a esto, el concepto de brecha digital analiza la disponibilidad individualizada partiendo del supuesto de que el beneficio de una computadora es para una persona.
Desde algunos esfuerzos de la sociedad civil, como los telecentros o los puntos de acceso comunitario, la reducción de las brechas digitales y la medición de las mismas se basan en los usos colectivos de los equipos de cómputo y estimulan y comprenden los beneficios grupales de los mismos. La brecha digital debería referir a las capacidades/dificultades que tiene un grupo social de utilizar las TIC como recurso común para el desarrollo de la colectividad y la transformación de las condiciones de vida de sus integrantes.
g) Las nuevas brechas digitales
Hasta este momento se habla de la brecha digital como la diferencia que produce en el desarrollo el tener acceso o no a las tecnologías.
Sin embargo, nuevas brechas digitales van apareciendo a medida que las TIC se incorporan en la vida social. Ya no se trata únicamente de un problema de tener acceso o no, sino de las diferencias que aparecen entre quienes ya tienen conexión.
No todos los que disponen de conexión tienen posibilidades de desarrollar sus capacidades y habilidades para el teletrabajo, por ejemplo. Y nuevamente, no por la tecnología misma, sino porque las condiciones que se requieren para integrarse en esta nueva fuerza laboral como una educación bilingüe, un alto manejo tecnológico, capacidades de interacción multicultural, condiciones de inestabilidad, aptitud para trabajar de manera aislada y tomar mayores responsabilidades vinculadas al teletrabajo, entre otras, son costosas y difíciles de adquirir y por consiguiente no pueden ser asumidas por la mayoría de la “población conectada”.
O tampoco por ejemplo, todas las empresas locales a pesar de tener conexión, podrán aprovechar las ventajas de la comercialización en línea o podrán incorporarse en las redes productivas multinacionales. Nuevamente no es el aspecto tecnológico el que las limita sino las condiciones económicas, sociales y culturales en las cuales se desenvuelven y las posibilidades de desarrollar capacidades y transformar sus procesos productivos.
Agregando a esta reflexión se deja mencionada la gran discusión sobre propiedad intelectual donde se juega el futuro del conocimiento como derecho privado o colectivo y que tiene la potencialidad de abrir nuevas brechas relacionadas con el acceso, uso y producción del conocimiento y la información que viaja por la red.
Con la inserción de las tecnologías en la vida cotidiana aparecerán nuevas brechas digitales que se refieren a las posibilidades reales de aprovechamiento de las mismas, principalmente entre la clase media que aunque tiene mejores condiciones de acceso que las clases más populares, no siempre tiene todos los recursos para desarrollar las capacidades y habilidades que les permitan aprovecharlos para transformar las condiciones actuales.
h) Inversión focalizada en infraestructura
Si se aborda la brecha digital bajo el supuesto de causalidad es posible que los Estados, los organismos internacionales y algunas instancias de la sociedad civil orienten los esfuerzos y recursos directamente al desarrollo de la infraestructura y en algunos pocos casos a procesos de capacitación técnica básica. Invertir en estos aspectos tiene además la ventaja, para quienes lo hacen, de que es fácil hacer evidente el destino de los recursos (en computadoras, laboratorios, conexiones, líneas, etc.). Se supone que una vez que se ha desarrollado la infraestructura el resto de los beneficios vendrán luego; se desatarán mágicamente.
i) La brecha digital como negocio
La brecha digital entendida como brecha tecnológica únicamente y basar su solución principal en el desarrollo de la infraestructura es sumamente conveniente para las grandes empresas de telecomunicaciones y las productoras y comercializadoras de equipo de cómputo.
La inversión social que implica abordar integralmente las brechas digitales, por medio de procesos de fortalecimiento organizativo y de desarrollo de capacidades, no representan un negocio tan importante como si es la venta masiva de conectividad y computadoras.
j) La brecha digital - un espejismo
La discusión sobre la sociedad de la información y el conocimiento ha estado bastante concentrada en el tema de la brecha digital y cómo reducirla. Esto provoca un espejismo ya que disimula o minimiza la discusión sobre los otros aspectos que implica la sociedad de la información y el conocimiento como creación de empleo y cambios de condiciones de trabajo en relación con las Tics, transformación de los modelos económicos y de creación de valor, los aspectos legales, la nueva educación, la propiedad intelectual, el conocimiento abierto etc.
Participar en los procesos de apropiación social de la tecnología
La sociedad civil organizada, así como diferentes investigadores y académicos, han propuesto nuevas comprensiones de este concepto, haciéndolo más complejo y poniéndolo en contextos.
Una de las manifestaciones más claras de estas propuestas se da dentro del marco de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información en Ginebra, 2003 donde la sociedad civil tuvo un papel fundamental posicionando nuevas comprensiones y conceptos que fueron desarrollados a través de procesos participativos durante los meses anteriores a este evento. El tema de la brecha digital también fue redefinido por la sociedad civil como puede deducirse de la declaración final de la sociedad civil.
“Consideramos que las tecnologías pueden utilizarse como medios fundamentales, y no así como fines en sí mismas, por lo cual reconocemos que reducir la brecha digital es un paso más, entre otros, en el camino para conseguir el desarrollo en favor de todos y todas.
La desigual distribución de las TIC y la falta de acceso a la información que tiene una gran parte de la población mundial, fenómenos que suelen denominarse brecha digital, son de hecho una expresión de nuevas asimetrías en el conjunto de brechas sociales existentes. Éstas incluyen las brechas entre el Norte y el Sur, los ricos y los pobres, los hombres y las mujeres, las poblaciones urbanas y rurales, aquellos que tienen acceso a la información y aquellos que carecen del mismo. Dichas disparidades pueden verse no sólo entre las diferentes culturas, sino también dentro de las fronteras nacionales. La comunidad internacional debe ejercer su poder colectivo para garantizar que los Estados adopten medidas con el fin de reducir las brechas digitales nacionales.”
Desde estos grupos se comprende la brecha digital a partir de las condiciones que tienen que desarrollarse para la apropiación de las tecnologías y para la incorporación de las mismas como una herramienta que debe ser integrada en la vida cotidiana para transformar las realidades en un proceso continuo. Un reflejo de esto es lo expresado por Jean-François Soupizet
“La mínima capacidad de apropiarse de las tecnologías de la información y de la comunicación en un contexto estructural de innovaciones sucesivas es lo que hace la diferencia. En efecto, en un mundo en plena globalización, este retraso amenaza con agudizar el resto de disparidades, razón por la cual se presta especial atención a la brecha digital.”
Otra referencia a esta comprensión del concepto se puede encontrar en la comunidad virtual Mística que tiene la virtud de unir las experiencias y los pensamientos de investigadores y actores de la sociedad civil latinoamericana.
“La brecha digital es una expresión de las brechas sociales. Para comprenderla es necesario analizar las condiciones de acceso, uso y apropiación social de las mismas y no solamente reducir su comprensión a la infraestructura y conectividad.”
Cambiar de perspectiva para que las tecnologías estén al servicio de las sociedades
Partiendo del análisis del concepto y de las opciones presentadas desde la sociedad civil, se propone una nueva acepción al concepto que vaya en el siguiente sentido:
Las brechas digitales están dadas por las posibilidades o dificultades que tienen los grupos sociales de aprovechar colectivamente las tecnologías de información y comunicación para transformar la realidad en la que se desenvuelven y mejorar las condiciones de vida de sus integrantes.
Se propone que para hablar de brecha digital y de las estrategias para enfrentarla se parta de la sociedad que soñamos y no de la tecnología. Y que una vez definida la utopía se reflexione de cómo las tecnologías pueden contribuir para alcanzarla. Por ejemplo, se habla de la solidaridad digital como estrategia de reducción, sin embargo, la reflexión debería estar centrada en cómo las tecnologías pueden apoyar la construcción de sociedades solidarias y qué condiciones requieren los grupos sociales para utilizar las TIC para llegar a esta aspiración. Definitivamente este cambio de enfoque transforma a su vez la comprensión de lo que es la brecha digital.
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